AVANÇAMENT EDITORIAL
Cultura17/02/2019

El ‘caso’ Rubianes

Pepe Rubianes ha sigut un dels grans còmics del país, un actor compromès i honest que ha marcat la història recent del teatre i la cultura a Barcelona. També va ser una de les primeres víctimes dels mitjans i els polítics d’ultradreta anticatalans, que el van perseguir molt abans que es parlés del Procés. Reproduïm aquí un fragment del text que el 2007 va escriure recuperant els fets i que ara es publica al llibre de recull de textos de l’actor A mí no me callan (Editorial Alrevés), que es podrà adquirir amb l’ARA la setmana que ve. La venda coincideix amb la preparació d’un dossier del diari que aborda el tema de la llibertat d’expressió

Pepe Rubianes
i Pepe Rubianes

La entrevista en TV3

Ni me acuerdo ni quiero hacer ningún esfuerzo para recordar las fechas exactas del inicio de ese embrollo. Sí sé que era enero del 2006 y que, de repente, una frase dicha sobre España y los españoles en el programa El Club de TV3 me situó en el centro del huracán y la vorágine se apoderó de mi vida. [...]

Me invitaron a El Club para hablar de la muerte de Federico García Lorca, el tema central de Lorca eran todos, mi primera obra de teatro como director, que acababa de estrenarse en el Club Capitol de Barcelona. Era lo único que sabía sobre la entrevista. Posteriormente, hasta se nos acusó de haber pactado el contenido de mi intervención. Antes de entrar en el plató, Albert Om y su equipo me comentaron por dónde irían las preguntas, pero yo tengo un estilo concreto. Los entrevistadores lo saben y por eso me dejan hablar, sin guión que valga. Si quiero, improviso y me invento lo que me da la gana sobre mi vida. Como mucho, el presentador puede advertirme: “Pepe, no te alargues”, un simple aviso técnico. De ahí a que hubiéramos pactado algo en la entrevista de TV3...

En un momento determinado, cuando ya estábamos metidos en materia, Albert Om me preguntó sobre la unidad de España y yo le respondí lo que todo el mundo conoce: “A mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Y que se metan a España ya en el puto culo, a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario. ¡Se vaya a la mierda la puta España!”. Lo hice en un tono completament cómico, acertada o desacertadamente. El lenguaje que utilizo en la televisión también es un lenguaje teatral; mi personaje siempre va conmigo. Y no hablo así normalmente. La expresión que utilicé es parte del guión de mi monólogo en Rubianes, solamente. En aquel momento, me vino a la cabeza y la solté a bocajarro.

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De hecho, al principio no pasó nada; ni el público, ni los amigos ni los vecinos me comentaron nada. Nadie se había fijado hasta que la COPE, Telemadrid y otros medios de comunicación empezaron a hurgar en la historia y a acusarme de insultar a España. Pero lo hicieron con muy mala leche, porque seccionaron la entrevista. ¡No se dignaron ni a verla entera para saber de qué iba!

Cuando empezó el follón, y sobre todo al ver el revuelo causado por la descontextualización de una frase dicha, maticé y aclaré mis declaraciones. Como decía el escritor Gabriel Ferrater, ser catalán es lo más jodido de la tierra porque te pasas el día dando explicaciones. Dejé claro que me refería a la España reaccionaria, miserable, casposa y fascista. Insulté a esa serie de personas que piensan que España es solo suya, que grita, cacarea y se aspavienta, y cuando algo no les cuadra deciden correr a palos al borrego. En realidad, es sobre esa España, la que luego me atacó sin contemplaciones, sobre la que yo hablaba. De la España democrática y de progreso, ante la cual me quito el sombrero, me llegaron pocas quejas, y las que tuve fueron en unos términos bastante educados. Me disculpé ante ella porque es verdad que en televisión no había matizado. Pero ya no sirvió de nada.

Estrategia calculada

Los sucesos posteriores demostraron que todo seguía un plan programado y capitaneado por Federico Jiménez Losantos, director del programa La Mañana de la cadena COPE. A principios de los años setenta, Losantos fue compañero mío en el Teatro Universitario, en Barcelona. Pero entonces militaba en Bandera Roja. Ahora es rojo converso; es decir, que ha pasado de la extrema izquierda a la extrema derecha. Una demostración más del dicho de que los dos polos se tocan.

Bajo la batuta del periodista de la COPE, Telemadrid, La Razón, El Mundo, Abc... marcaron un objetivo común: Pepe Rubianes. Pero yo me dije “todos contra uno, mierda para cada uno”. Lo tengo muy claro y lo mantengo sin retractarme: si ser español significa estar unido a esa pandilla de energúmenos, la verdad sea dicha, prefiero ser belga o chino.

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Cuando los “españoles de bien”, como se autocalifican ellos, empezaron la campaña de difamación contra mi persona y mi actividad profesional demostraron una vez más que la derecha tiene una cosa cojonuda que le falta a la izquierda: está muy organizada y unida. Y todo eso me lleva a preguntarme si, aunque colocaron mi nombre en el centro de la diana, la campaña no tendría objectivos más globales como, por ejemplo, la misma TV3 e, incluso, el Estatut de Catalunya, temas recurrentes en personas como Jiménez Losantos. No hay que olvidar que también era la época de la polémica sobre los papeles de Salamanca -llegaron a Sant Cugat el 31 de enero del 2006- y del boicot a los productores catalanes. [...] Era un momento de ataque continuo, por eso creo que lo de menos fue lo que yo dije en El Club.Les serví de estrategia para lanzar su odio visceral contra Catalunya. Mi trabajo quedaba en segundo plano, porque desprecian cuanto ignoran, como dice el gran Antonio Machado.

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Recibí una citación para que me presentra en el juzgado de Sant Feliu de Llobregat el 8 de marzo del 2006. La Fundación para la Defensa de la Unidad Española (DENAES) me había puesto una querella. No sabía ni que existía una asociación así. Suena a la época negra de la dictadura. Solo con oír el nombre te pones a temblar.

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Mi delito, para DENAES, era ser antiespañol. ¿Cómo me pueden llamar antiespañol si hablo tres lenguas del Estado? De las cuatro, puedo expresarme en catalán, castellano y gallego. Me gustaría saber qué idiomas conocen los que me acusan, aparte del castellano mal estructurado. Es curioso, pero se liaron tanto que no sabían ni cómo insultarme. Me llamaron “gallego de mierda”. Nací en Galicia y allí pasé los primeros cinco años de mi vida. He vivido cincuenta en Catalunya, pero daban a entender que tampoco era catalán. Los descolocaba, no sabían cómo ofenderme más, si como gallego o como catalán.

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Amenazas de otra época

Cuando se estrenó Lorca eran todos en el Auditorio de Comisiones Obreras en Madrid, se oyeron amenazas de muerte, pero entonces nadie dijo nada. En aquel momento, yo vivía en la zona alta del Eixample de Barcelona, un barrio de derechas. Aunque era vecino de gente que no tenía nada que ver conmigo, nunca había tenido problemas... hasta ese momento. El abogado me aconsejó que nunca respondiera a las provocaciones, pero, aunque no quería acabar en el juzgado otra vez, había días que me costaba muchísimo contenerme. Una vez salí corriendo detrás de un tipo que me insultó. Porque esa es otra, te insultan y huyen: son los valientes de España, los guerreros del antifaz. Al final, harto, me trasladé al estudio que tengo en la Barceloneta y allí se acabaron los contratiempos. Había llegado a recibir intimidaciones telefónicas en mi casa: “Te vamos a matar, hijo de puta, a ti y a tu familia”. ¡Pero si es lo mismo que vivió Federico García Lorca! Como si el tiempo no hubiera pasado, ahí aparecía la derecha más carca, la que es solo poder y dinero, la que puede gastar páginas de diarios y ocupar tertulias en los medios... ¿Era la representación de una obra de teatro el mal de España? ¿No hay problemas de inmigración, sanidad, educación? Tengo que volver a citar a Antonio Machado: “Nuestro español bosteza. ¿Es hambre, sueño, hastío? Doctor, ¿tendrá el estómago vacío? El vacío es más bien en la cabeza”.

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Para entender esta situación que ya empezaba a ser dantesca, hay que rebobinar unas décadas. En Italia, después del fascismo, se pidieron responsabilidades. En Alemania se sigue persiguiendo a los nazis. En España, en cambio, no pasó nada. Se llegó a un acuerdo para no molestar a los dinosaurios que habían usurpado el poder durante cuarenta años. Y ahí están, con la chulería de siempre. Yo no quiero que se fusile a nadie, pero quien es un peligro público tiene que estar en la cárcel. Los asesinos de mi pueblo, los Don, los que sembraron el terror, siempre tan chulos y pedantes en sus amenazas, murieron tranquilamente en la paz de Dios. ¡Ojalá estén en el infierno!

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Lorca eran todos

Lorca eran todosEn el fondo, tengo que reconocer que me siento orgulloso del ataque que me han infligido. Es el mejor homenaje que le puedo ofrecer a Federico García Lorca. Él ya lo decía: “Yo soy español integral, pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo”. Yo me sumo a las palabras de Lorca. A él lo mataron; a mí me matarían si pudieran, guardando las diferencias literarias y humanas que pueda haber entre un hombre tan brillante como el poeta granadino y un tío como yo.

Los ataques a la obra de teatro no me supieron mal por mí, sino por Lorca, que volvía a pagar la bajeza humana. Él dio la vida por la democracia. En mi opinión, se merecía la presencia de los políticos; estos deberían comprobar que el espíritu que lo mató todavía está vivo en España. Que Federico eran todos. Esa es la idea de la obra. Esto me ha pasado a mí, hoy, pero mañana les puede pasar a ustedes.

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A favor de la cultura

[...] En este país no hay dinero porque todo se debe. Durante mis estancias en Etiopía veo a muchos españoles que se escandalizan de la pobreza y exclaman: “¡Qué mal que viven en África!”. ¿Y ellos, infelices? El día que no paguen al banco, ¿qué pasará? Porque seguro que deben hasta los calcetines. Si no se devuelven los créditos contratados sin leer la letra pequeña, habrá que vivir bajo un puente. Es el tiempo de la economía falsa, el miedo y la tensión. Sin embargo, la gente se cree rica, aunque lo que tienen lo deben de por vida. Si al menos la situación se paliara fomentando la cultura...

La historia de grandes poetas como Lorca, Machado y Hernández, entre otros, ha dado dignidad cultural a España. Qué curioso que a los tres los mataran. A uno lo ejectuaron y lo lanzaron a una fosa común, otro murió de pena en Cotlliure y al tercero lo dejaron morir como a un perro en la cárcel. El montaje de Lorca eran todos ha servido para ver que hubo (que hay) una España tremenda. Terrible.

Un recull de vida, compromís i humor

El dia 1 de març es compliran deu anys de la mort de Pepe Rubianes, als 61 anys. El recorden la seva germana i hereva dels drets, Carmen Rubianes, i l’Editorial Alrevés, que han col·laborat en un llibre recopilatori que, amb el títol A mí no me callan, recupera alguns dels grans textos de l’autor. El llibre, amb pròleg d’Andreu Buenafuente i amb tres parts dedicades a recuperar la seva biografia, els seus escrits combatius i de compromís i els seus monòlegs -alguns d’inèdits-, es vendrà amb l’ARA el 23 i 24 de febrer al preu de 20 euros en primícia. L’Editorial Alrevés ha anunciat, a més, que destinarà un 2% de les vendes del llibre a l’associació PEN Internacional, que treballa per assegurar la llibertat d’expressió a tot el món. Precisament, Pepe Rubianes va ser perseguit per exercir la llibertat d’expressió. Va ser acusat d’ofenses a Espanya per unes declaraicons a TV3, un cas que explica en aquesta prepublicació i que finalment va ser arxivat per la justícia.